lunes, 3 de noviembre de 2008


Tú me dices, yo te digo y así empieza nuestra guerra cotidiana , yo me armo de adjetivos tú conjugas el peor de mis pasados . Y te apunto done de duele y te acuerdo el peor de tus pecados , tú reviras la ofensiva y disparas donde sabes que haces daño. Y en el campo de batalla quedan muertos los minutos que perdemos , tú me dices, yo te digo,y así acaba nuestra guerra cotidiana esta guerra sin cuartel que nadie gana. Porque hablamos y no usamos ese tiempo en darnos besos en pintarnos con las manos las caricias que queremos y que no nos damos porque siempre hablamos de lo tuyo y de lo mío , del pasado y los culpables mientras muere otro minuto porque hablamos .Ya te dije que no es cierto ya dijiste que tú no eres lo que digo , nadie cree nadie acepta cada quién defiende su utopía y el fantasma de la duda se abre paso en la frontera del futuro y el presente moribundo se consuela con lo poco que nos queda. Y te quiero y me quieres pero somos más idiotas que sensatos y aparece otro día y nos van quedando llagas incurables de esta maldita enfermedad de hablar sin más , mientras muere otro minuto porque hablamos.

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