jueves, 3 de septiembre de 2009


Tengo tantas ganas de enfrentarme a la vida que dejé hace un tiempo; de ponerme nerviosa por un examen, comprarme carpetas de Mickey, lapiceras de colores y no prestarlas, o sí… pero también pedir prestado y reclamar en caso que no se haya entendido la condición “ida y vuelta”; volver a la rutina que olvidé a propósito, por no poder sostener-me. Levantarme temprano, titilar de frío, y sentir ese nervioso olor a mañana escolar.

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